jueves, 8 de diciembre de 2011

REACCION A LA DIFUSIÓN DEL PROYECTO DEL MINISTERIO DE CULTURA

Quito, 2 de diciembre 2011 En una Mesa Redonda celebrada ayer en la Feria del Libro, con la participación del Instituto Metropolitano de Patrimonio, el Ministerio de Cultura, el Ministerio Coordinador de Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, se presentaron los planes de destrucción del milenario Parque Rumipamba, en plenas Fiestas de Quito. ¡Qué ironía! Los planos están terminados y los tractores avanzan en su tarea, explicó ayer la arquitecta Margarita Romo, directora del Instituto Metropolitano de Patrimonio, que ha desatendido todos los espacios arqueológicos de Quito y que ahora pretende adoquinar Rumipamba para poner canchas, gimnasios, ágoras y bulevares sobre la memoria ancestral de esta tierra. Y yo pregunto:

 ¿Con qué derecho pretenden destruir un Parque que la ciudad ha luchado por conservar durante más de veinte años como recinto arqueológico y ecológico?

Es posible que la arquitecta Romo solamente respete su ascendencia europea, pero la mayoría de los quiteños somos mestizos y tenemos padre y madre. Y en Rumipamba se guarda la historia de nuestra familia materna y no vamos a permitir que nos la arrebaten por criterios racistas, pues mientras el proyecto infame contempla parqueaderos enormes y cerramientos transparentes, la desatención a los vestigios culturales antiquísimos es evidente y con esta mentalidad sólo podemos esperar la destrucción total de Rumipamba. Lo más increíble es que los arqueólogos no han sido siquiera consultados o su voz no se ha escuchado.

Ayer se explicó que apenas el uno por ciento (1%) del Parque ha sido estudiado o excavado y sin embargo todas las autoridades que ostentan cargos relacionados con la palabra patrimonio abalizan este criminal proyecto, con acciones directas o inacciones que lo permiten. Las voces de historiadores, arqueólogos, gestores culturales y vecinos de Rumipamba se levantaron ayer en contra del proyecto presentado y cuando el debate debía darse, la arquitecta Romo abandonó el auditorio sin responder por sus actos. Los representantes del Ministerio de Cultura, del Ministerio de Coordinación de Patrimonio y del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural se comprometieron a revisar nuevamente el proyecto, a consultar con algunos arqueólogos (ojalá lo hagan) y aludieron a los tiempos que toman las acciones burocráticas. Pues bien, este problema persiste desde enero de este año y si se toman mucho más tiempo, solamente quedarán huellas de tractores donde antes hubo muros, talleres, casas, senderos, templos y viviendas Quitu, con una historia de más de dos mil años de antigüedad. ¡No permitamos este atropello a nuestra identidad! Quiteños, estas Fiestas de Quito, vamos a Rumipamba, a disfrutar del Parque, a soñar con la vida que tuvimos en el pasado y a defender la vida que soñamos para el futuro y para nuestros hijos.

La consigna de la ciudad debe ser una sola:¡Fuera los tractores de Rumipamba! Y cuando los tractores salgan, que los fondos que están destinados a destrozar el lugar se redirijan a su estudio y recuperación, para que podamos gozar de un Parque Arqueológico y Ecológico, que sea tesoro de la ciudad. Vamos a defender Rumipamba porque la vida que allí se atesora es nuestra vida, porque la memoria que allí se guarda es nuestra memoria, porque Quito tiene miles de años y eso nos enorgullece y nos engrandece, porque somos Quito y también seguimos siendo Quitu. Y a mucha honra, aunque algunas autoridades pretendan borrar nuestra identidad y nuestro pasado con cemento gris y adoquines de colores. ¡Vayan a pavimentar el patio de su casa y no la sagrada tierra de nuestros ancestros! ¡No lo vamos a permitir! Adulcir Saad

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